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ESPAÑOL:

¡Un año completo desde que volví de world race! Usé este blog para compartir muchas historias mientras estaba en el campo misionero, pero ahora quise escribir aquí una vez más para compartir cómo ha sido mi vida después de pasar por esa temporada tan intensa de mi vida, un año después!

 

Hace un año

Es una locura pensar que hace un año vivía en Tailandia con tantas esperanzas y expectativas sobre mi tiempo sirviendo en Asia con mi equipo, cuando de repente recibimos la noticia de que nos devolvíamos a casa por el covid, poniendo un final abrupto a nuestro viaje, unos tres meses antes de la fecha original. El año pasado escribí un par de blogs con más detalles sobre eso. Si quieren, los pueden leer aquí:

Cambio de planes: Volviendo a casa temprano

De vuelta en Costa Rica

En el viaje, pude ver a mi Dios moverse de manera poderosa, sanando personas, redimiendo historias, cambiando corazones, salvando almas y mucho más, en diferentes naciones. Lo que me hizo darme cuenta de que Él siempre está haciendo eso en todo el mundo, pero poder ser parte de eso realmente me cambió.

 

Reentrada

El reingreso después de cualquier experiencia misionera es difícil. Cuando estás allá experimentás mucho, y tu perspectiva sobre Dios, iglesia, comunidad, misiones, hospitalidad, servicio… cambia! Así que es un poco abrumador volver a casa con todo eso y sentir que ya no encajo, sentir que tengo mucho para dar pero que ni siquiera saber por dónde empezar, especialmente cuando me sentía tan triste y confundida.

Además, tenía muchas expectativas inconscientes de volver a casa, como ver a mi familia y amigos esperándome en el aeropuerto, que todos me preguntaran sobre mi viaje, compartir historias en las iglesias que me apoyaron, continuar sirviendo inmediatamente en Costa Rica… Y nada de esto se dio! Volví a CR a estar en cuarentena completamente sola en una casa ajena por dos semanas (antes de volver a mi casa propia). No vi a ningún amigo o familiar extendido durante meses. Mis amigos pocas veces me buscaban o me preguntaban algo del viaje. Fue un tiempo extraño de soledad. Por supuesto, entiendo que el comienzo de una pandemia mundial es difícil para todos, todos estaban pasando por lo suyo y yo no era la única sufriendo. Ciertamente no se trataba de mí. Doy gracias a Dios por trabajar humildad en mi corazón en ese tiempo, mientras Él cuidaba de mí y se interesaba por mí.

Otra expectativa que tenía era volver a la vida y al mundo que conocía antes del viaje. Lo cual tampoco sucedió. Mi vida ahora se ve TAN diferente a cuando me fui, incluyendo mis estudios, la dinámica familiar, mis amistades, mi iglesia, mis pasatiempos, y obvio todos los cambios que el covid ha traído. Esos cambios no son necesariamente malos, pero son tantos que me ha costado asimilarlos. Y aquí estoy, un año después, todavía procesándolo jaja. Cuando creo que lo he superado, descubro nuevas fases de duelo, y eso ha sido frustrante. Nunca esperé que este período de transición durara tanto tiempo!! Realmente he tenido que ser paciente y darme gracia con eso.

 

Temporada difícil

Este año ha sido una temporada para conocerme mejor a mí misma. Conocía muy bien mi lado positivo, feliz y listo para servir. Pero de repente estaba de duelo, luchando, frustrada, enojada, confundida… y llegué a entender que todas estas cosas también son parte de mí, y que eso está bien. Partes que no siempre me gustan pero que a Dios sí. Él ama todo de mí, lo bueno y lo malo, y no se siente intimidado por ese lado “no tan lindo” mío.

Me di cuenta de que a menudo “romantizamos” esta idea de Dios siempre siendo feliz, pacífico, misericordioso… Que si bien es cierto, Él sí es esas cosas, pero Él también se enoja, se pone celoso y triste, practica justicia… Y eso no lo hace menos perfecto, más bien me permite identificarme más con Él! Es extraño decirlo, pero conocer y aceptar estas partes “más oscuras” de mí me ha permitido conocer mejor a mi Creador. Y no estoy diciendo que me deba quedar en mi tristeza por siempre, porque esa no es mi porción, sin embargo, es saludable reconocer esas partes de mí y dárselas a Dios. Al final, Él tiene una corona para mí, en vez de cenizas (Is. 61:3). :))

 

Lo bueno

A pesar de todo, también me han pasado cosas muy buenas! La cuarentena me permitió pasar todo el tiempo con mi familia que no tuve mientras no estaba. Además, he podido ver a algunos de mis amigos de world race, lo cual ha sido un regalo dulce e inesperado, considerando que vivimos en diferentes países.

 

Sirviendo con la World Race de nuevo!

Probablemente lo más emocionante ha sido volver a servir con world race! Pero esta vez desde casa. Dios me ha abierto las puertas para servir con “D squad”, un equipo que se encuentra actualmente en Costa Rica, traduciéndoles, enseñándoles español y ayudándoles a adaptarse en la cultura costarricense.

Es loco porque hace un año tuve la opción de continuar con world race liderando este equipo específico! Pero decidí más bien volver a casa. No se suponía que este equipo viniera a Costa Rica del todo, pero hubo algunos cambios por covid y terminaron viniendo. Hay como 5 squads diferentes en CR, sin embargo, Dios me trajo al que había estado en mi corazón durante más de un año!! Pensé que tenía que elegir entre continuar con world race o volver a casa, pero Dios dijo: “No es uno u otro, sino ambos”! Y ahora Dios ha seguido presentándome oportunidades emocionantes para seguir con Adventures in Missions!

 

¿Ahora qué?

Estoy de vuelta en la U! Mi tercer año de Administración de Empresas en la Universidad de Costa Rica. 

Breve historia: uno de mis amigos en Etiopía creció en la calle, sin hogar. Trabajaba, pero con el dinero que ganaba debía elegir entre pagar por un lugar dónde vivir O ir a la escuela. Eligió la escuela. Otro amigo etíope, creció en un pueblo sin escuelas, donde todos los niños se dedican solo a trabajar para sus familias. Él decidió irse a otra ciudad para poder ir a la escuela. Eso significaba ir en contra de su comunidad y su familia, y básicamente ser desheredado por ellos. Aún así lo hizo.

Entonces, después de conocerlos a ellos, valoro mucho más mi educación y el hecho de que la he tenido fácil. Así que aunque la U no sea tan emocionante como world race, estoy feliz de estar de regreso. Graduarme de la U es mi prioridad ahora. Además, estoy orando por oportunidades laborales y ministeriales específicas en Costa Rica, y para que Dios abra las puertas correctas para este año.

Dios nos lleva de gloria en gloria. Entonces, aunque la gloria de esta temporada se ve diferente a la de la temporada pasada, ¡sigue siendo gloriosa porque Dios está en ella!

 

En conclusión

Por más difícil que haya sido the world race y volver a casa, ¡valió la pena! Siempre estaré agradecida por esta oportunidad y por todos los que fueron parte de ella. Extraño partes del viaje, especialmente la comunidad, pero sé que Dios ha prometido tantas cosas para la iglesia en Costa Rica, ¡y eso me emociona!

En general, estoy en un buen lugar en este momento. El aniversario de volver a casa obvio me pone un poco nostálgica, pero en general estoy orgullosa de cuánto he crecido desde entonces, y estoy feliz de estar en casa.

Algo para pensar: ¿Cuándo fue la última vez que estuviste orgulloso de vos mismo? Si eso no es ahora, ¿qué cambios y disciplinas necesitás en tu vida ahora mismo?

 

Eso es. Gracias por leer. 🙂 También, hace un año hice un video de todo el viaje que pueden ver aquí si quieren!

-Vale

 


ENGLISH:

One whole year since coming home from the world race! I used this blog to share many stories while I was on the field, but I wanted to come back on here to share what my life has looked like after going through that really intense season of life.

 

A year ago

Crazy to think that a year ago I was living in Thailand with so many hopes and expectations about my time serving in Asia with my squad, when suddenly we got the news that we were going home because of covid, putting an abrupt end to our trip, about three months early. Last year I wrote a couple blogs about that going into detail. You can check them out here:

Change of plans: Going back home early

Back in Costa Rica!

On the race, I got to see my God move in mighty ways, by healing people, redeeming stories, changing hearts, saving souls, and so much more, in different nations. Which just made me realize He is always doing that all around the world, but being able to be a part of it really changed me.  

 

Reentry

Reentry after any missionary experience is hard. You experience so much and your perspective on God, church, community, missions, hospitality, serving… changes! So it’s a little overwhelming coming home with all of that and feeling like I don’t fit in anymore, feeling that I have so much to give but don’t even know where to start, especially when I feel a little broken. 

Also, I had all these unconscious expectations of coming home, like seeing my family and friends waiting for me at the airport, having everyone ask me about my trip, sharing stories in the churches that supported me, jumping right into ministry in CR… None of that happened. I came home to quarantine completely alone for 2 weeks. Didn’t see any friends or extended family members for months. My friends would rarely reach out nor ask about my trip at all. It was really weird and lonely. Of course I understand the beginning of a world pandemic is hard on everyone, and certainly it was not about me. I thank God for humbling me in that while caring deeply for me.

Another expectation I had was coming back to the life and world that I knew before the race. Which did not happen either. My life right now looks SO different than when I left, almost everything about it, like school, friendships, family dynamic, church, ministry, hobbies, and obviously all the changes that covid brought. Those aren’t necessarily bad changes, but they are so many that it’s been a lot to take in. And here I am, one year later, still processing it haha. When I think I’m over it, new layers to grief come up, and that’s been frustrating. I never expected this transition period to take this long. I’ve had to really be patient and give myself grace with it.

 

Hard season

This year has been a season of getting to know myself better. I was really familiarized with my positive, happy, ready to serve self. But suddenly I was just grieving, wrestling, frustrated, angry, confused… I got to understand that all of these things are also part of me, and that’s ok. Parts that I don’t always like but that God does. He loves all of me, the good and the bad, and He is not intimidated by that “not so bright” side of me. 

I realized we so often “romanticize” this image of God being always happy, peaceful, merciful… Like yes, He is those things, but He is also angry, jealous, righteous, and gets sad sometimes. And that does not make him any less of a perfect God. If anything, it makes him more relatable! Wrestle with that if you need to! So, it’s weird to say, but getting to know and embrace these “darker” parts of me allowed me to get to know my Creator better. And I’m not saying I was made to dwell in my sadness forever, cause that is not my portion. However, it’s healthy to acknowledge those parts of myself and give them to God. After all, He has a crown of beauty for ashes for me (Is. 61:3). :))

 

On a brighter note

Through it all, really good things have happened as well! Quarantine allowed me to spend all the time with my family the time I missed while I was gone. And I’ve gotten to see some of my world race friends!! Such a sweet, unexpected gift, considering we live in different countries. 

 

Serving with the World Race again!

Probably the most exciting thing has been serving with the world race again! But this time from home. God has opened doors for me to do ministry with “D squad”, a team that is currently in Costa Rica, through translating for them, teaching them Spanish, and helping them merge into Costa Rican culture. 

It’s funny because a year ago I had an option to continue with the world race through leading this specific squad! But I ended up deciding to come home instead. They were not supposed to come to Costa Rica at all, but there were some changes with covid and ended up coming. There were like 5 different squads in CR at the same time, yet God brought me to the one that had been on my heart for more than a year! Crazy! I thought I had to choose between continuing with the world race or coming home, but God said, “it’s not either-or but both-and”! And now He just keeps opening exciting doors with Adventures in Missions!

 

What now?

I’m back in college! For my junior year of Business Administration in the Universidad de Costa Rica. 

Little story background: One of my friends in Ethiopia grew up homeless. He did work, but with the money he made he could either pay for rent and food OR go to school. He chose school. // Another Ethiopian friend, grew up in a town with no schools, meant to just grow up working. He decided to move to a different town to be able to go to school. That meant going against his community and family, and basically being disowned by them. He still did it.

So, needless to say, I value education so much more now and the fact that it came easy to me. So, though school doesn’t often feel as exciting as the world race, I’m happy to be back. Graduating from college is my priority now. Also, I’m praying about specific job and ministry opportunities in Costa Rica, and for God to open the right doors for this year.

God takes us from glory to glory. So, though this season’s glory looks different than last season’s, it’s still glorious because God is in it!

 

In conclusion

As hard as the world race and coming home were, it was totally worth it!! I will be forever grateful for this opportunity and for everyone who was a part of it. I do miss parts of it, especially the community, but I know God has promised so many things for the church in Costa Rica, and that makes me excited!

Overall, I’m in a good place right now. The “one year home mark” obviously makes me a little nostalgic, but I’m proud of how much I have grown since then, and I’m happy to be home.

Some food for thought: When was the last time you were proud of yourself? If that’s not now, what changes and disciplines do you need in your life right now?

 

If you’re a current racer / missionary:

I really don’t mean to scare you about life post race! I’m not saying it will for sure be easy, but at least you won’t go home early due to a new world pandemic haha. And everyone has a different experience with reentry. But I hope my honest and vulnerable thoughts help prepare your heart for what God has for you next.

 

That’s it. Thank you for reading. 🙂 Also, a year ago I made a video about the whole trip, that you can watch here if you want! 

-Val