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ESPAÑOL:
Escribo esto mientras estoy sentada en un avión saliendo de Tailandia de regreso a Estados Unidos, 2 meses y medio antes de lo esperado. Hace solo 24 horas recibí la triste noticia de que Adventures in Missions ha decidido enviar a todos los equipos en el campo misionero de regreso a casa, incluido el mío, debido a covid-19. Aunque no existe un gran riesgo dentro de Tailandia, las fronteras se están cerrando y el virus se está extendiendo. Cuando lleguemos a Estados Unidos, pasaremos un par de días juntos como un squad procesando. Después de eso, cada uno se va por su propio camino.
Dije sí a 9 meses en el campo misionero. Ya me estaba estableciendo en Tailandia, muy expectante de lo que Dios iba a hacer allí y en Malasia. No pensaba mucho en estar en la recta final del viaje porque quería mantenerme presente, y la idea de la vida después de World Race me abruma bastante.
W Squad es mi familia. Hace un año no los conocía, pero ahora los 40 hemos estado viviendo juntos 24/7 durante 6 meses y medio! Hemos pasado por los meses más intensos de nuestras vidas juntos, y somos los que más entendemos la experiencia con world race de cada uno. Decir adiós a los guatemaltecos y etíopes fue una de las cosas más difíciles que he hecho. Me llevó semanas prepararme y procesarlo. Recuerdo pensar lo peor que peor que iba a ser despedirme de mi equipo eventualmente. Con noticias tan inesperadas, pueden imaginar el shock que nos causa. (Sabíamos que era una posibilidad que nos mandaran de vuelta, pero estábamos tan seguros en Tailandia que parecía que no iba a suceder).
No quiero terminar World Race. No quiero despedirme. No estoy lista. Honestamente, estoy muy triste y enojada. Se siente como un muy mal sueño. Y Dios lo sabe. Realmente confío en Él y sé que Él tiene un plan perfecto con todo esto, y en eso Él me ha hecho crecer mucho en ser honesta conmigo mismo y con Él. Está bien estar triste y enojada, Jesús también lo estuvo cuando vino a la Tierra. Solo tengo que seguir aferrándome a Él, mientras caminamos juntos por esto.
Aunque definitivamente este no es el resultado que quiero, Dios siempre supo que esto iba a pasar. Él no está sorprendido. Sus planes no están arruinados. Y hará que todas las cosas funcionen para bien.
Me aferro a gratitud ahora. Gratitud por la enorme transformación que Dios ha hecho en mí en estos 7 meses, por las citas divinas en cada país, por las personas que he conocido y servido y todo lo que me enseñaron, por abrir puertas milagrosamente para mí, por la multitud de personas que me han apoyado de muchas maneras, por mi increíble squad y equipo de liderazgo, y por mucho más. Doy gracias a Dios porque Él sigue en Tailandia y Malasia, y continuará persiguiendo a su gente allí de otras maneras. Sé que esto es solo el comienzo. Mi campo misionera se va a ver un poco diferente ahora, pero aún puedo servir a Dios por su abundante amor. Aunque no entiendo ahora, confío en él. Agradezco al Espíritu Santo por ser mi consolador en todo.
Volver a adaptarme a estar de vuelta en Costa Rica me puede tomar un tiempito, más que todo por ser antes de lo esperado. Agradezco a mi gente por entender esto y ser paciente conmigo! Agradezco mucho todo el apoyo que recibo de tantas personas. Y sus oraciones me impactan muchísimo!!
Por ahora pido muchas oraciones: por mi squad mientras procesamos esto, decir adiós y aprovechar cada último momento juntos; por mí mientras me preparo para reinsertarme en casa, y por salud y paz sobre todos con esta locura del virus.
Ahora estén atentos a este blog. ¡Todavía tengo muchas historias que contar! ¡Muchas gracias por todo!
ENGLISH:
I write this as I’m sitting on a plane out of Thailand going back to the United States, 2 and half months earlier than expected. Just 24 hours ago I was given the heartbreaking news that Adventures in Missions has decided to send all teams on the field back home, including mine, due to covid-19. Though there’s no big risk inside of Thailand, borders are closing and the virus is spreading. When we get to the US we will be spending a couple days together as a squad debriefing. After that, we will all go our separate ways.
I said yes to 9 months on the field. I was just getting settled in Thailand, so expectant of what God was going to do there and in Malaysia. Not thinking too much about the end coming soon because I wanted to stay present, and the thought of life after the world race really overwhelms me.
W Squad is my family. A year ago I haven’t met them, but now the 40 of us have been doing life together 24/7 for 6 and a half months! We have walked through the most intense months of our life together, and we are the only ones that fully understand each other’s experience on the Race. Saying goodbye to the Guatemalans and Ethiopians was one of the hardest things I’ve ever walked through. It would take me weeks to get ready for it and process. I remember thinking how much worse it would be to say goodbye to my squad eventually. With such unexpected news you may imagine the shock that it is to us. (We knew being sent home was a possibility, but we were so safe in Thailand that it seemed like it wasn’t going to happen).
I don’t want to finish the race. I don’t want to say goodbye. I’m not ready. Honestly, I am so sad and angry. It feels like a very bad dream. And God knows this. I truly trust Him and know He has a perfect plan with all of this, but He has grown me a lot in being honest and raw with myself and with Him. It’s okay to be sad and angry, Jesus was too when He came down to Earth. I just have to keep on clinging into Him, as we walk through this together.
Though this is definitely not the outcome I want, God knew it all along. He isn’t surprised. His plans are not ruined. And He will make all things work together for good.
I cling into gratitude now. Gratitude for the huge transformations God has done in me in these 7 months, for the divine appointments in each country, for the people I’ve met and served and everything they taught me, for opening doors miraculously for me, for the multitude of people that have supported me in many ways, for my amazing squad and leadership team, and for so much more. I thank God that He is still in Thailand and Malaysia, and will continue to pursue his people there in other ways. I know this is just the beginning. My mission field will look a little different now, but I still get to serve God out of the overflow of his love. Though I don’t understand now, I trust him. I thank the Holy Spirit for being my comforter through it all.
Re-adjusting to being back in Costa Rica can take me a while, mostly for it being sooner than expected. I thank my people for understanding this and being patient with me! I am very grateful for all the support I receive from so many people. And their prayers impact me a lot!!
As for now I ask for a lot of prayer: for my squad as we process this, say goodbye, and soak in every last moment together; for me getting ready to reinsert back home, and for health and peace over everyone with this virus madness.
Now stay tuned to this blog. I still have so many stories to tell! Thank you so much for everything!
