“Imagine if Jesus came back right now… digging up bones in an ancient Christian cemetery would be the most concerning place I can imagine!” (#Ezekiel36) —Christian Archaeologist
Some time ago, a Kazakh villager was laying a foundation to build a structure and found a cross etched in one of the stones he had found in a field. He tossed the stone back into the field where he found it. Word spread, and archaeologists came to survey the site. They discovered a Nestorian Christian cemetery dating back to possibly the 8th-12th century. It is without a doubt that these people were Christians. Numerous grave stones etched with crosses mark graves facing the sunrise in the East—from where Jesus will return. This is unheard of in this part of the world, where everyone is buried facing West towards Mecca. The dig has been in process every summer for four years now. We joined their work for two weeks: digging up artifacts, pottery, bones, and stones. We were organized into teams with different roles, including digging with picks, shovels, trowels, putty knives, dental tools and brushes, sifting through the buckets of dirt for artifacts, labeling artifacts, washing pottery, and assembling bones for inventory and photography.
Since Soviet rule oppressed the Kazakhs’ freedom to know their own history, they are now hungry to know their roots. It is said that to be Kazakh is to be Muslim; so, when a Kazakh believes in Christ, it is seen as a dishonor to their ancestors and often their community rejects them. These archaeological finds prove that there is a history of Christianity in Kazakhstan that precedes the Russian invasion. This is giving local Christians the hope of regaining the honor they lost from their communities. These discoveries are already opening doors for restoring broken relationships: one Muslim father is now speaking again with his Christian son after hearing about this site. We don’t know yet whether the community was of Kazakh ancestry. If the DNA tests do prove that the people who lived here long ago were Kazakh, the findings will be even more significant.
The dig was an unexpected and stretching site for ministry. Our goal was to work diligently and let the testimony of our work ethic and the scientific discoveries open up opportunities for spiritual conversations. Local Muslim villagers working with our teams were wondering why the bodies are facing East. One Kazakh Christian girl observed how hard we work for Jesus for no pay, and examined her own heart and concern about money. She concluded that she also wants to work hard for Jesus! One young village girl highly esteemed the Kazakh ladies in our group and spent all day with them, even helping them cook and clean. Although she came from a Muslim family, she attended our prayer meetings and asked questions—who is Jesus? We watched the Jesus film with her and her family. We hosted a birthday party for one of our believing dig mates and invited locals, too. Everyone—around thirty people—blessed him, thanked him, and encouraged him. He was deeply moved because no one had ever done anything like this for him before, and this manner of honoring him caught the attention of the locals and nonbelievers in our group.
Dry bones still live and are preaching a gospel much louder than what vocal cords alone can do. The findings, even in the condition they are in, are still bringing glory to God. It blows my mind to think that dry bones can be used to open the doors of the Kingdom. Unknowingly, all the believers that are deceased and are now buried at this site were clueless that centuries later they’d still be used by God. Their lives are still impacting others’ lives. I didn’t get to meet all these people and ask them about themselves or their faith in Christ. I wish more than anything to know their names and I’m glad that I will. One day, I will meet these brothers and sisters and what a joyous encounter that will be! Dry bones will be brought back to life, clothed in skin, and breathed into. Indeed, glorious days are ahead of us!
Our days started at 5:30 am to 2:00 pm. We had 10 min breaks every hour and second breakfast at 10:30.
“¡Imagínate si Jesús regresara ahora mismo… desenterrar huesos en un antiguo cementerio cristiano sería el lugar más preocupante que puedo imaginar!” (# Ezequiel36) —Arqueólogo Cristiano
Hace algún tiempo, un aldeano kazajo (persona de Kazajistán) estaba sentando las bases para construir una estructura y encontró una cruz grabada en una de las piedras que había encontrado en un campo. Arrojó la piedra de regreso al campo donde la encontró. Se corrió la voz de este acontecimiento y llego al oido de arqueólogos que vinieron a inspeccionar el sitio. Despues de mucho buscar, descubrieron un cementerio cristiano nestoriano que se remonta al siglo VIII-XII. Es sin lugar a dudas, que estas personas eran cristianas. Numerosas piedras estan grabadas con cruces que marcan tumbas frente al amanecer en el Este, desde donde regresará Jesús. Esto es inaudito en esta parte del mundo, donde todos están enterrados mirando hacia el Oeste osea hacia La Meca (la ciudad mas sagrada del Islam). La excavación ha estado en proceso cada verano durante cuatro años. Nos unimos a su trabajo durante dos semanas: desenterrando artefactos, cerámica, huesos y piedras. Nos organizamos en equipos con diferentes roles, que incluyen excavar con picas, palas, espátulas, herramientas dentales y cepillos, tamizando a través de cubos de tierra los artefactos, etiquetando los artefactos, lavando la cerámica y ensamblando los huesos para el inventario y fotografía.
Dado que el gobierno soviético oprimió la libertad de los kazajos de conocer su propia historia, ahora tienen hambre de conocer sus raíces. Se dice que ser kazajo es ser musulmán; Entonces, cuando un kazajo cree en Cristo, es visto como un deshonor para sus antepasados ??y, a menudo, su comunidad los rechaza. Estos hallazgos arqueológicos demuestran que hay una historia del cristianismo en Kazajistán que precede a la invasión rusa. Esto les está dando a los cristianos locales la esperanza de recuperar el honor que perdieron de sus comunidades. Estos descubrimientos ya están abriendo las puertas para restaurar las relaciones rotas: un padre musulmán ahora está hablando nuevamente con su hijo cristiano después de escuchar acerca de este sitio. Todavía no sabemos si la comunidad era de decendencia kazaja. Si las pruebas de ADN demuestran que las personas que vivieron aquí hace mucho tiempo eran kazajas, los hallazgos serán aún más significativos. La excavación fue un sitio inesperado y extenso para el ministerio.
Nuestro objetivo era trabajar diligentemente y dejar que el testimonio de nuestra ética de trabajo y los descubrimientos científicos abran oportunidades para conversaciones espirituales. Los aldeanos musulmanes locales que trabajan con nuestros equipos se preguntaban por qué los cuerpos estan orientados mirando el Este. Una muchacha cristiana kazaja observó cuánto trabajamos por Jesús sin recibir paga, y examinó su propio corazón y preocupación por el dinero. ¡Ella concluyó que también quiere trabajar duro para Jesús! Una joven de la aldea apreciaba mucho a las damas kazajas de nuestro grupo y pasaba todo el día con ellas, incluso ayudándolas a cocinar y limpiar. Aunque provenía de una familia musulmana, asistía a nuestras reuniones de oración y hacía preguntas: ¿quién es Jesús? Vimos una película de Jesús con ella y su familia. Organizamos una fiesta de cumpleaños para uno de nuestros compañeros creyentes de excavación e invitados locales también. Todos, alrededor de treinta personas, lo bendijeron, le agradecieron y lo alentaron. Estaba profundamente conmovido porque nadie había hecho algo así por él antes, y esta forma de honrarlo llamó la atención de los lugareños y no creyentes de nuestro grupo.
Los huesos secos aún viven y predican un evangelio mucho más fuerte de lo que pueden hacer las cuerdas vocales. Los hallazgos, incluso en la condición en que se encuentran, todavía están trayendo gloria a Dios. Me asombra pensar que se pueden usar huesos secos para abrir las puertas del Reino. Sin saberlo, todos los creyentes que han fallecido y ahora están enterrados en este sitio no tenían ni idea de que siglos más tarde todavía serían usados ??por Dios. Sus vidas siguen impactando las vidas de otros. No tuve la oportunidad de conocer a todas estas personas y preguntarles acerca de ellos mismos o su fe en Cristo. Deseo más que nada saber sus nombres y me alegro de que lo haré. ¡Un día, conoceré a estos hermanos y hermanas y qué encuentro tan feliz será! Los huesos secos volverán a la vida, se vestirán con piel y respirarán. De hecho, ¡nos esperan días gloriosos!
