Bernadette era su nombre. Estaba descargando equipaje de la banda cuando la conocí. Mi mochila se había perdido y estaba determinada a encontrarla. Empecé a ayudar a Bernadette a organizar el equipaje. Me decía que no era necesario ayudarla pero yo insistí. Me preguntó si buscaba algo y yo respondí calmadamente que sí. Le expliqué que le pertenecía a un grupo de cincuenta personas y que entre todos estábamos buscando mi mochila perdida. Ella me preguntó si conocía a Dios y respondí nuevamente con un sí. Ella sonrió y me dijo «Está bien, linda. Yo te ayudaré». Me encariñé con ella toda esa tarde mientras ella vacilaba conmigo de mi calma en esta situación tan caótica. Me dijo que debía conocer a Jesús porque tenía paz durante toda este desorden. Fue a ver si quizás la mochila se había atorada en la máquina. No estaba. Fue a ver si el departamento de seguridad la halló. No la tenían. Fue a ver si acaso llegó a otro lugar del aeropuerto. Tampoco.

Nuestro vuelo se había cancelado y aunque nuestro avión nunca se fue mi mochila se perdió. Queríamos conseguir boletos para un siguiente vuelo hacia India pero no hubo. Debíamos ya haber iniciado nuestro viaje misionero, pero Dios nos detuvo.

Quise ser buen ejemplo y por lo cual me mantuve con calma. Estuve bien hasta que se oyó la noticia que si no apareciera mi mochila tendré que regresar a casa. Empecé a paliquear. “Dios, ¿o no debo estar en este viaje?” Teniendo y duda entraron a mi mente. Empecé a llorar. Llorar no por la pérdida de mi mochila sino porque yo estaba segura que Dios me quería en este viaje y ahora todo parece que no iba poder. El equipo empezó a orar.

Esa tarde oramos con Cynthia, una empleada del aeropuerto de Atlanta. Todo el equipo quería saber qué iba suceder. Sabíamos que Dios estaba obrando en algo. Decidimos mantenernos conectados.

Empecé a sentirme perdida. El equipo siguió orando y sentí la paz de Dios sobre mí. Dios me habló y me dijo: –Yo estoy en control. Confía en Mí. No te traje hasta aquí para dejarte aquí. Irás a India. Persevera. No comerás migajas. Comerás en mi mesa.

Continué llorando, orando y confiando.

Lo más difícil era seguir confiando Que Dios tenía un plan. La razón por lo cual mi mochila es de suma importancia es porque contiene medicamentos. Medicamentos que racionan UN AÑO. El valor de $1.000 que iba tener que pedir prestado y llamar al doctor y hacer recetas y hacer todo lo necesario por tal de partir con el equipo.

A la mañana seguinte ya no aguantaba. Por fin el equipo vio el lado abrumadk de Jackie. Les insistí que no era por el valor de lo perdido que estaba hací. Estaba abrazada de dos de mis compañeras. Me sentí estimada y amada- y luego aparece Bernadette.

Me dijo: –Te dije, hija. Le pregunté: –¿Qué dices? Me mostró algo. ¡Mi mochila! Halló mi mochila. Inmediatamente sentí algo y le pregunté a Bernadette: –¿Por qué necesitas oración? Sé que Dios permitió todo esto por una razón, y esa razón es usted. Ella sobrió y contestó: –Mis rodillas. Le pregunté si gustaría que todo el equipo orara por ella pero ella pidió que fuera solamente yo.

Nos alejamos un poco del grupo y comenzamos a orar. Yo oré que Dios la sanara, la prosperara en su carrera, la protegiera en su vida y que ella tuviera una relación con Él.

Esta es la historia de cómo perdí mi mochila pero hallé amor.

Hallé amor en mi equipo donándome cosas que perdí. Hallé amor con personas orando por mí, y hallé el amor cuando Dios detuvo cincuenta personas rumbo a la India para interceder por una mujer llamada Bernadette.

Por favor sigan orando por mí y por el equipo. Ya estamos sirviendo en la India. Nos hemos asociado con la organización Adventures in Missions (Aventuras en Misiones). Esto significa que hemos de trabajar en las ciudades o escalar montañas por tal de presentar a Cristo Jesús a un mundo necestitado de Él.

Muchísimas gracias por su amor y su apoyo. Si sienten donar todavía pueden seleccionando el botón “Donate” en la página principal. Todavía me falta $4.992 que acompletar Ese viaje es igual suyo que el mío. Les envio muchos besos y abrazos.

-Jackie