Tengo una racha no tan hermosa. No he logrado salir de mi gripe, pasé en cama un día tratando de recuperar fuerzas, me descompuse dos veces otro día, tengo una tos de perro fea y ahora tengo la no grata noticia de que tengo piojos.

¿Me enojé? Sí

¿Lloré? Sí

No tenía acceso a un shampoo contra piojos, ni siquiera a un peine tipo lendrera. Mis compañeras de equipo nunca habían visto piojos antes, por lo que el hecho de que los encontraran iba a ser complicado.

Dios tenía que hacer algo… al menos eso quería. Sabía que si él había permitido que esto sucediera era porque me iba a dar la salida y porque me creía lo suficientemente fuerte como para salir de esto bien.

Me preguntaba por qué Dios me estaba dando tanta prueba física al mismo tiempo, no entendía por qué dejaba que no estuviera al 100% cuando le estaba sirviendo. Era como si le estuviera cobrando mis servicios, como si él me debiera algo por estar haciendo lo que él me mandó a hacer. Y en realidad soy yo la que le debo todo a él. Toda situación es una oportunidad para aprender.

Y es hasta este justo momento (en el que estoy escribiendo) que puedo comprender que lo único que debo hacer es estar quieta en su presencia, depender en él y saber que es él quien tiene control de mi vida y de mis piojos y de mi tos de perro. Que debo comprender que no hay cosa que no pueda superar si voy de su mano.

Además fue hasta ese momento que busqué una solución para los piojos, fue hasta ese momento que entendí lo que las chicas y chicos del orfanato sentían (en una dimensión menor claro está). Busqué qué hacer y ver qué podía encontrar en el lugar donde estaba. Hicimos una pasta de ajo con limón, compré vinagre y a la obra! No huelo muy delicioso pero debo hacer el proceso de mascarilla por 5 días. Mientras tenía en mi cabeza ajo con limón y vinagre, me puse a colocarle vinagre a una de las niñas que estaba cerca, y cuando me di cuenta todas las chicas y algunos de los niños empezaron a hacer fila para que les pusiéramos vinagre y luego shampoo. Estaban felices de recibir atención, de ser amados por el hecho de tener cuidado de su salud. Y sí…puede ser que no fuera un remedio permanente, pero definitivamente fue un tiempo de calidad, un tiempo de amor que no cambio por nada. Y si tuve que tener piojos para poder ver esto y actuar, no me arrepiento de tener piojos.

El decir que tengo piojos quiere decir que:

  • Amé
  • Abracé
  • Enseñé Inglés
  • Jugué
  • Bailé
  • Besé
  • Soñé
  • Soy Misionera

Ahora que estamos a pocas horas de salir de Camboya y que ya dejamos nuestro ministerio en Preah Vihear, he sido bendecida con la sorpresa de toparme con otro Squad y una de las chicas me regaló su shampoo y peineta contra piojos porque no lo ha usado!

Dios me ayuda, Dios me cuida, Dios sabe lo que necesito.