Hace unas semanas, mi carro estaba pasando por unos malos días, jejeje, por lo que lo tuve que chinear más de la cuenta, lo que implicaba que tenía que tomar nuevamente de mis ahorros para cancelar la factura pendiente… Para los que me conocen un poco más, saben que para mí las cosas vanas (materiales) no merecen que gaste mi dinero en ellas, por lo que el tener que pagar esas facturas, me dolía en todo mi corazón y bolsillo…nuevamente pensaba: “¡Dios manda!, ese dinero lo podríamos poner para Worldrace y así estar cada vez más cerca de la meta” Pero bueno, Él decidió que las cosas se harían a su modo, para una vez demostrarme que quien está en control de este viaje es nada más y nada menos que el creador del universo infinito.

Resulta que yo estaba, así bien triste, por lo que Dios iluminó e inspiró a mi novio a escribirme un mail relargo, pero con todo lo que mi espíritu necesitaba recordar y analizar.

Con el permiso ya de Dani, les comparto lo que me escribió; y esto lo hago porque creo fielmente en lo que allí se lee y en que puede ser que alguno de los que lo esté leyendo, lo necesite para también alegrar su espíritu, tomar nuevas fuerzas y seguir… Acá va:

“Quiero comprenderte y ponerme en tu lugar, con respecto a lo que estás pasando con lo del carro. Así que espero que Dios te pueda hablar con esto que te escribo.

Mira te cuento, yo tenía esta profesora en 5to grado de la escuela la cual es una de las profes que más recuerdo por su pasión para enseñar, pero sobretodo la pasión que poseía para enseñarnos acerca de Dios. Recuerdo que siempre nos hablaba acerca de un mae en particular en La Biblia,  al cual le habían pasado un tanate de varas feas, aun siendo un “chavalo” cool y que se suponía que era un mae que le agradaba a Dios.

Sí yo sé que ya sabes de quién hablo, y que conocés la historia, por eso ni siquiera voy a mencionar el nombre (Gabi… jejeje yo sí les digo quién es, por si las moscas… Job). Y bueno, voy a tratar de explicarte, como ella solía hacerlo a nosotros, el punto central de la historia desdichada de este mae.

Al llegar a este punto, Job se levantó, se rasgó las vestiduras, se rasuró la cabeza, y luego se dejó caer al suelo en actitud de adoración. Entonces dijo:

«Desnudo salí del vientre de mi madre,  y desnudo he de partir. El Señor ha dado; el Señor ha quitado.

¡Bendito sea el nombre del Señor!» (Job 1: 20-21)

 

(Espero no me “madries” por este primer punto y pensés que soy incomprensible con vos jeje)

Job se levantó

Mi profe decía que el mae no se había quedado lamentándose, ahí tirado desvalido y en apatía en medio de la pérdida (desgracia, chascos, fiascos, decepciones). Tomó la iniciativa de levantarse y buscar comprender y procesar el momento de crisis en donde la estaba viendo fea.

Rasgó su manto y rasuró su cabeza

Algo que la profe Sonia siempre nos decía, era que el mae nunca ignoró sus sentimientos, ni sus emociones. Que el mae de verdad estaba dolido por lo que estaba pasando. Al mae le dolía el corazón y no lo escondió. Porque  para poder buscar el favor de Dios, primero tenía que humildemente aceptar que la estaba pasando bien mal y que solamente Él era capaz de aliviar ese dolor, mediante su gracia y poder, para sacarlo de ese rollo. 

Vacilón como en dos puntos hay dos extremos totales en cuanto lo que el mae hizo, pero que se complementaban tan indiscutiblemente.

 

Se postró en tierra y adoró

Es curioso que el mae se levantó para luego volver a tirarse jajaja, es una vara estúpida si lo pensás.

Eso era una vara que ella siempre nos decía… ” Pero había un mundo de diferencia entre tales actos”. El chavalo se  levantó de su trago amargo, de su dolor, de su lamento y pérdida. El mae se hizo pequeñito, así en una actitud de  humildad, contrajo el corazón, y en clamor se postró ante Dios. No  ante todo el paquete de problemas que tenía. Adoró a Dios, no se quejó, no lloró, no reclamó sus derechos ni lo que tuviera por herencia. No, nada de nada, (y acá es donde siempre me pegaba a mí) el mae amor, simplemente  adoró a Dios, el que le había dado la vida, aire y todas las buenas cosas para que disfrutara. Todas. (uffff)

Job oró (lo que más cuesta):

Recuerdo que la mae decía “Que una de las cosas más difíciles de reconocer en la vida era que todo lo que se tenía en la vida era porque nos lo habían dado”. Es curioso que precisamente este chavalo reconoció que todo lo que tenía le había sido dado. Él había venido sin nada a este mundo, y sin nada se iría de aquí (que duro de masticar y tragar). Todo lo que había podido disfrutar era un regalo de Dios para su vida y como tal, no le pertenecían a él, eran regalos que ni siquiera merecemos por parte de un Dios de amor.

Reconoció que la fuente de todo lo que tenía era Dios:

(Amor creo que acá si ya es como una estocada para mí, ojo a la vara)

Parece como que te estuviera repitiendo lo que en el punto anterior expuse pero mirá más de cerca. Dice que: ” El mae reconoció que la fuente de todo lo que tenía era Dios”   nuestra profe nos decía  que este mae entendió  también el destino y fin de las cosas que Dios le había dado . “El Señor ha dado, El Señor ha quitado” no era una reproche a Dios; era más bien  la humilde aceptación por parte del mae de que Dios era agente activo en su vida: Él es el Señor del pacto, quien preserva su promesa, quien tiene cercanía e intimidad con nosotros sus hijos, nos guarda, nos cuida, obra en nuestras vidas, aun quitando de ellos todo aquello que no sea su voluntad (yo no digo que el carro sea una de ellas) con el fin de cumplir sus propósitos gloriosos . El Señor no es lejano a nuestras vidas amor, de hecho creo que está profundamente involucrado en ellas. Él obra y eso significa que a veces nos poda como a un árbol para que podamos ser mejores para Él.

Amor, creo que la parte más chiva de esta oración fue como Job la terminó. Job terminó diciendo una de las varas más chivas que podríamos decir como verdaderos hijos suyos “¡Bendito sea el nombre del Señor!”. El mae la estaba pasando mal mal mal, y lo acababa de perder todo, pero decide bendecir a Dios aun con todo eso.

Solo puedo decirte que el carajo este es un  ejemplo de verdadera fe y confianza en el carácter de Dios. Un mae que confió plenamente en que Dios lo iba a formar más a la imagen de Él, que no existe maldad o un mal propósito en Dios;  Él es Santo,  y debemos confiar en que lo que Él hace, es lo mejor. Dios es sabio y lo sabe todo. Su nombre es bendito. Job se estaba enfocando no en sus problemas, sino en Dios y su santidad. Al mirarlo a Él, entendemos que no hay pérdida para los hijos de Dios. Aun la muerte es cosa estimada a los ojos del Señor.

Gabi, para cerrar esto que te escribo que es una mezcla de cositas que recuerdo de mi profe  y otras que encontré para amarrarlo mejor. Te digo lo siguiente: al final no podemos perder, ¡porque no tenemos nada! Todo es del Señor, y si Él decide tomar lo suyo y que ya no lo tengamos, entonces está bien. Dios sabe lo que hace. Mi deber es glorificarle y ponerme en sus manos en confianza y adoración.

Oro para que Dios tome todo lo que es nuestro y haga su voluntad en nuestras vidas, conforme a sus propósitos.”

Para terminar, les comento que Dios me mandó un regalo de 45mil colones (en el trabajo nos dieron un bono por aniversario) y con alguito más así pagamos la factura del carro.

Yo no creo en las coincidencias, yo creo en las Diosidencias.