Tengo varios segundos tratando de poner la oración “este es mi último mes de World Race”. Es increíble como pasa el tiempo de rápido y saber que el fin de esta etapa de mi vida está por terminar.
Un país pequeño, lleno de montañas que me recuerdan a mi hermosa tiquicia. El clima es incierto, caliente, lluvia (por la cual damos tremendas gracias a Dios), frío, niebla…jejeje…algo así como Cartago.
Mi equipo fue asignado a servir junto con una base de Adventures in Missions (AIM), organización a la cual pertenece el programa de World Race. Como estrategia de servicio, AIM administra cerca de 31 centros de cuido alrededor de Suazilandia. En estos centros, se da alimento una vez al día, cinco días por semana a los niños de la comunidad; se dan clases de pre-escolar, deporte, canto y discipulado.
Hemos tenido la oportunidad de servir en los centros de cuido. Durante la primera semana estuvimos ayudando en sembrar maíz, lechuga y remolacha. La tierra está bastante seca y el agua es escasa, por lo que las lluvias son bendición a este país en este momento. Tuvimos la oportunidad de jugar y compartir con los peques; es hermoso ver cómo lo más sencillo es lo más entretenido y es una mezcla de sentimientos cuando te buscan solo para que uno los abrace, los alce o les acaricie la cabeza. El amor nunca puede quedarse en el asiento de la microbús cuando hay decenas de chicos esperando a que se termine de sembrar para estar con ellos.
Durante las siguientes dos semanas hemos estado pintando los centros, verde y negro, verde y negro… por doquier. En los tiempos de descanso hemos podido compartir un con los chicos, sin embargo ha sido más que todo trabajo manual. Trabajo necesario por realizar y por medio del cual las maestras, cocineras y encargados se sienten amados y cuidados.
La necesidad es visible, y ha sido rudo estar acá y sentir que no se hace mucho. Hay muchas oportunidades de como involucrarse en este ministerio aun estando lejos. Al final no es siempre dar lo que hace falta, sino ayudar con lo que ya se tiene.
AIM ha podido ayudar a través de diferentes programas, entre los que se encuentran: distribución de agua en cada uno de los centros de cuido una vez al mes, grupo de música (ya han grabado un disco), Timbali Crafts (www.timbalicrafts.org), una escuela para más de 280 niños, pago de los estudios colegiales de más de 150 jóvenes, ministerio de deportes, invernaderos para la siembra en las comunidades. Actualmente existen cerca de 12 centros de cuido que carecen de soporte. La necesidad está expuesta y es decisión de cada ser humano ser parte de la ayuda y solución, de volver los ojos a aquellos que necesitan de lo que nosotros muchas veces tomamos por sentado. El ayudar no es difícil, lo que muchas veces se hace difícil es poner nuestra vida a un lado para que otros puedan surgir.
Este mundo no se trata de “YO”, se trata de los demás.
¡Dios los bendiga!
Gabi Rodríguez Morera
Worldracer
