I praise God that my mission trip is fully funded – all 4,100 dollars. He provides abundantly. Thank you to everyone who has supported me financially and continues to support me in prayer. I will be heading to Lima, Peru for the month of July and will send out ministry details soon. Meanwhile, here are 5 lessons that I learned from the fundraising process:
- Giving money for the spread of the gospel is your greatest return on investment. My parents have taught me a lot about how to manage money and have a great deal of knowledge about investments. One day, they mentioned that giving to missions is one of the greatest investments you can make. Why? Souls are at stake. The world needs the gospel of Jesus Christ, and, as Christians, we are called to further that gospel. We should want nothing more than for the glory of God to be spread among all nations.
- Take an active approach to fundraising. Never be afraid to ask others to help support you and the work that Christ is doing through you. Send out support letters and follow up with the people you sent them to. People need opportunities to practice generosity, and there are many generous people in this world who want to support you.
- Take the time to strengthen your relationships with the people you ask to support you. We often tend to reach out to people when we are in need of something, but it is important to reach out to people because we love them, value their prayers, and want to have deeper relationships with them.
- Fundraising shows our need and desperation for Christ. We need Him, and without Him we are nothing. Fundraising brings us to our knees in prayer, challenges us to rely on Him to provide for our needs, and gives us the opportunity to exercise our trust in Him.
- By giving, we become more like Christ. While we cannot be perfect imitators of Christ because of our sinful nature, we should strive to be, and one characteristic of God is His generosity. His most precious gift to us is His Son, Jesus Christ. He provided a sacrifice for our sins so that we could be redeemed unto God – what a gift! Whether we are giving time, money, etc., let us all live more generously by humbly sacrificing out of love.
__
Le doy gracias a Dios porque he recaudado todos los fondos que necesito para el viaje misionero que voy a tomar este mes de julio. Dios provee en abundancia. Muchas gracias a todos que me han apoyado económicamente y a todos que aun me apoyan en oración. Este julio estaré en Lima, Peru y ya pronto les daré los detalles del ministerio que estaré haciendo. Mientras tanto, aquí son 5 lecciones que he aprendido durante el proceso de la recaudación de fondos.
- Dar dinero a las misiones es el retorno de inversión más grande que puedes tener. Mis padres me han enseñado cómo manejar el dinero bien y también tienen un gran conocimiento de las inversiones. Un día, me dijeron que la inversión más grande que uno puede hacer es dar a las misiones. ¿Por qué? Porque hay almas en juego. El mundo necesita el evangelio de Cristo Jesús y, como cristianos, Dios nos llama a compartir este evangelio con los demás. Debemos querer nada más que Dios sea glorificado en todas las naciones.
- Sé activo en el proceso de recaudación de fondos. Nunca tengas miedo de preguntarle a alguien para apoyo porque Dios nos usa para hacer Su trabajo. Envía cartas de apoyo y mantiene comunicación con los recipientes de estas cartas. La gente necesita oportunidades de practicar la generosidad y hay muchas personas generosas en el mundo que quieren apoyarte.
- Cuando pides apoyo de los demás, toma el tiempo para crecer estas relaciones. Muchas veces, solamente pedimos a otras personas cuando necesitamos algo, pero es importante estar pendiente de los demás porque los queremos, valoramos sus oraciones y queremos tener relaciones más profundas con ellos.
- La recaudación de fondos muestra nuestra necesidad y desperación por Cristo. Necesitamos a Dios y sin Él somos nada. La recaudación de fondos nos pone de rodillas en oración, nos hace busacarlo más a Dios y nos da la oportunidad de confiar en Él y Su provisión.
- Al dar, nos convertimos más como Cristo. Aunque no podemos ser imitadores perfectos de Cristo debido a nuestra naturaleza pecaminosa, debemos intentar a imitarlo, y uno de sus características es generosidad. Su regalo más precioso para nosotros es Su hijo, Cristo Jesús. Dios nos proveyó un sacrifico por nuestros pecados para que pudiéramos ser rescatados hasta Dios. ¡Qué regalo! Que todo lo que des sea basado en generosidad, sacrificio humilde y amor.
