The First
I saw his face and I looked into his eyes. He smiled, a smile full of confidence; but this confidence was tainted with malice and deceit. With that eerie smile he said, “You’r cute” laughed and walked away.
But what I saw behind those eyes of his were all my failures, I heard all the lies that I believed, everything that is wrong with me played like a film and he was there. For each and every time moment I saw him pulling the stings.
His “You’r cute” translated to “You actually think you can change? You really think that you can win, beat me?”
He left me feeling stupid, worthless, lost, fearful, and defeated.
The only way I knew how to resound was to hide.
The Second
Before they entered the room I felt them coming. The room began to fill with a dense white smoke that stayed low to the ground dancing. With it came a sweet and light smell that intermingled in and out of the smoke. I felt them come in, I felt how great and heavy their presence was so much so that I hid my face from them. I knew who I was before and I knew I wasn’t worthy for this audience. As my face touched the ground I could see that one of them was now standing before me.
He knelt down and with one hand reached for my chin. His hand lead my face up to face his but I locked my eyes shut. He said, “I see you.”
I shut my eyes even harder and tried to look away. With his hand still touching my face he said again, “I see you, open your eyes and see me.”
Still in my stubbornness, brokenness, and shame I refused him.
With his touch still guiding my face he said one more time, “I see you and you are mine. In your brokenness and mess I see you and call you mine.”
Fear still held on to me. I feared that if I opened my eyes I would see what I saw before; my shame and mistakes. I couldn’t bare to see it again. I opened my eyes but looked away.
With tears rolling down my face he guided my face back to his. When my eyes met his what I saw I was not expecting. I saw love and forgiveness, a never-ending ocean of love and forgiveness.
Words come short to what I experienced but how it left me was full of hope and love. No longer feeling stupid, worthless, lost, fearful, and defeated I was now worthy, loved, and forgiven.
El Primero
Vi su rostro y lo miré a los ojos. Él sonrió, una sonrisa llena de confianza; pero esta confianza estaba contaminada con malicia y engaño. Con esa extraña sonrisa, dijo: “Your cute” se rió y se alejó.
Pero lo que vi detrás de sus ojos fueron todos mis fracasos, escuché todas las mentiras que creía, todo lo que estaba mal conmigo jugó como una película y él estaba allí. Por cada vez que sucedió algo, lo vi tirando de las picaduras.
Su “You’r cute” traducido a “¿De verdad crees que puedes cambiar? ¿De verdad crees que puedes ganar, de vencerme?
Me dejó sintiéndome como estúpido, inútil, perdido, temeroso y derrotado.La única forma en que sabía cómo resonar era esconderme.
El Segundo
Antes de que entraran a la habitación, los sentí venir. La habitación comenzó a llenarse con un denso humo blanco que se mantenía en el suelo bailando. Con ella llegó un olor dulce y ligero que se entremezcló con el humo. Los sentí entrar, sentí cuán grande y pesada era su presencia, tanto que les oculté la cara. Sabía quién era antes y sabía que no era digno de esta audiencia. Con mi rostro tocando el piso, pude ver que uno de ellos estaba parado frente a mí.
Se arrodilló y con una mano buscó mi barbilla. Su mano condujo mi rostro hacia su cara, pero cerré los ojos con fuerza. Él dijo: “Te veo”.
Cerré los ojos aún más fuerte e intenté apartar la mirada. Con su mano todavía tocándome la cara, me dijo nuevamente: “Te veo, abre los ojos y mírame”.
Aún en mi obstinación, quebrantamiento y vergüenza lo rechacé.
Con su toque todavía guiando mi rostro, dijo una vez más, “Te veo y eres mío. En tu quebranto y desorden te veo y te llamo mío “.
El miedo aún se aferraba a mí. Temía que si abrí los ojos vería lo que vi antes; mi vergüenza y mis errores No podría desnudarme para verlo de nuevo. Abrí los ojos pero miré hacia otro lado.
Con lágrimas rodando por mi rostro, guió mi rostro hacia él. Cuando mis ojos se encontraron con los de él, no los esperaba. Vi el amor y el perdón, un océano interminable de amor y perdón.
Las palabras se resumen a lo que experimenté, pero cómo me dejó estaba lleno de esperanza y amor. Ya no me senti como estúpido, inútil, perdido, temeroso y derrotado. Ahora soy digno, amado y perdonado.
