Tras largos años de isolación Comunista, en Albania, la cultura dicta que la mayoría de la religión es nominal, especialmente entre los jóvenes. Por eso, la mayoría de personas con las cuales hablo se auto-denominan como pertenecientes al Islam o al Catolicismo, pero de las muchas personas que he conocido en este mes y medio, son muy pocas las que permiten que sus creencias afectan sus vidas.
Por ejemplo, en un país casi 80% Musumán* el Ramadán comienza dentro de 6 días, pero no he hablado con nadie que ayunará. Cuando suena el llamado a la oración, nada ocurre entre las multitudes y el muezín canta sin ser atendido desde su minareta de marfil. Hay mendigos ignorados y no he conocido a nadie que ha completado la hégira. Al ver todo esto, quedo atónita; ¿cómo es posible predicar ciertas ideas sobre la salvación y no practicarlas?
Y, así, sobre mi altar de religiosidad con la etiqueta de misionera pomposamente puesta, por costumbre doy un vistazo a mi propia vida y leo Juan 15; ¨Así como el Padre me ha amado a mí [Jesús], también yo los he amado a ustedes [los discípulos]. Permanezcan en mi amor. Si obedecen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, así como yo he obedecido los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he dicho esto para que tengan mi alegría y así su alegría sea completa. Y este es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros, como yo los he amado. Nadie tiene amor más grande que el dar la vida por sus amigos¨
Confrontada y hecha pedazos, me doy cuenta que es mucho más fácil predicar todo esto que practicarlo. Me gusta la idea de morir en gloria con coronas de laureles a mis pies que cantan música dramática en el fondo mientras el fuego consume mis últimas palabras dramáticamente susurradas al oído del único sobreviviente de la tragedia, pero la idea de vivir largos días de trajín tras trajín me asusta un tanto. Y si en serio contemplo el fin que describí, me doy cuenta que tras de solo ser posible en las películas, al tiempo de la verdad, quisiera morir por la edad en mi propia cama tras una larga vida de felicidad y auto-satisfacción.
Si he de ser honesta, me gusta complacerme, es cómodo. Quiero todo de inmediato y en mi propio tiempo. No me gusta obedecer los mandamientos y permanecer en amor, por mi propia naturaleza humana, quisiera obtener la santidad, amor perfecto y alegría completa instantáneamente. Pero, a gran desgracia mía, la tarea de amor es larga y sufrida. Jesús mismo dice que si queremos alegría completa, debemos amar a gente con el tipo de ágape con el cual él nos amó, el tipo de amor que lo llevó del establo en Belén hasta la Cruz del Calvario y más allá.
Y sosteniendo esta simple y pesada realidad en mi mano, alcanzo a atisbar toda la historia redentora y me doy cuenta que el evangelio es más vasto que lo que mi mente humana puede entender, pero también que es algo* muy simple y me pregunto si no lo complicamos mucho y si no dejamos que nuestras disputas sobre sandeces no maculan nuestro mensaje. Porque al fin de cuentas, el evangelio que debemos vivir es simplemente este; amar a Dios, amar a la gente.
Es fácil alejarse de este mensaje. Es más fácil presentar programas y cumplir listas sin dejar que las otras personas nos toquen. Es fácil hablar de superficialidades y nunca compartir las profundidades del corazón. Es fácil tener a todos a metros porque la persona verdadera es muy desaliñada. Sé que es MUY difícil amar a la gente, sus idiosincrasias y pequeñas imperfeciones lijan mis puntos débiles y más que amarles con ágape, de vez en cuando quisiera mandarles a un monte inhóspito en un país muy muy lejano. Sé que más fácil ignorar mis vigas por buscar astillas en los demás. Sé que quiero amistad, pero solo hasta cierto punto y que prefiero las cosas sobre mis propios términos.
De igual manera, el amor que tiene Jesús no da querellas si no que ama generosamente sin esperar absolutamente nada a cambio. Entonces, mientras me quedan veinticuatro días en el campo, espero poder amar mejor y así vivir mejor el evangelio: amar a Dios, amar a las personas
*Fuente: http://www.balkaninsight.com/en/article/albania-s-population-80-muslim
